“Cuando no se espera nada, todo es posible” Mooji
Toda expectativa es un deseo de obtener un resultado, con la ilusión de que ese resultado en sí nos hará más felices, sin embargo, es en esta misma expectativa que se oculta nuestro posible sufrimiento al no obtener aquello que deseamos. Es esa ilusión, esa expectativa la que nos genera un desengaño. Pero quien esté libre de expectativas que levante la mano. Se nos ha educado desde pequeños a vivirnos en una expectativa continua, nuestra y la de los demás, y a pesar de cosechar desengaño tras desengaño seguimos esperando, deseando…. hasta que la luz de un nuevo entendimiento va iluminando nuestras vidas, y la idea de no expectativa va tomando forma, va madurando y nos vamos entregando a esta nueva perspectiva.
Este proyecto es una manera perfecta de vivirnos en una continua entrega a esta nueva perspectiva, al momento presente, a lo que nos vaya trayendo la vida, sin expectativas, con alegría y con la certeza de que sea cual sea el resultado, este va ser el mejor para todos aquellos involucrados en el proceso. Al vivirnos desde una no expectativa estamos abiertos a que la vida nos sorprenda, a que veamos o no cumplido nuestro objetivo, a permitirnos disfrutar con aquello que se nos presenta en cada momento, vacíos de intención y con una plena aceptación de lo conseguido.
Pero eso no implica, la no acción, quizás la acción se hace correcta porque no hay expectativa y ya no está limitada por los deseos de un ego pequeño y limitado, más bien se manifiesta aquello que la Conciencia tiene a bien manifestar.
Fe de acción damos todos los que estamos involucrados en este proyecto; dolores de espalda, incontables horas delante de una pantalla, llamadas y videollamadas varias en el día, encuentros, preparación, miedos, dudas y aún no hemos empezado el Camino. Nos vemos inmersos en una danza continua de esfuerzo, entrega y aceptación, donde somos conscientes que el resultado no está en nuestras manos, nunca lo ha estado. Vamos sintiendo que en definitiva somos un instrumento por el que algo más grande se sirve y este descubrimiento nos hace humildes y nos llena de arrobamiento, permitiéndonos esa danza de entrega continua bailarla a gusto y casi con picardía decir, que si Dios se ríe de nuestros planes (expectativas) pues nosotr@s nos reímos con Él también.
¿De qué manera vives tú tu vida?
¿Has probado a entregar tus expectativas, a vivirte sin planes, sin metas, y ver con asombro que inclusive así las cosas se siguen dando, que la vida sigue aconteciendo?
Y en este acontecer ¿quién eres tú? ¿aquel o aquella que vive una vida, o eres la Vida, el Universo, Dios… viviéndose a través de ti?
Quizás en la entrega de la expectativa se esconde una realización más profunda…..